Alrededor de 1884, una epidemia de viruela casi diezmó a la población de la ciudad de Abeokuta.
Cientos de personas murieron todos los días. En marzo de ese mismo año, la mitad de la población se vio afectada.
El 12 de marzo, se llevó a cabo una Sesión de Oro, y se decidió por unanimidad que se ubicarían todos los sacerdotes de Ṣọpònná, donde se quemarían sus casas y todos los materiales encontrados en el interior.
El abuso de las autoridades provocó la muerte de varios adherentes, decenas de ellos fueron ejecutados y entre 14 y 15 de ellos fueron expulsados del territorio yoruba.
¿Cual es la razón?
Las autoridades locales encontraron que de diez sacerdotes otepònná, nueve ayudaron a propagar la enfermedad más que detenerla.
También descubrieron que dentro de estas casas, había contenedores con alguna parte del cadáver de la víctima de la viruela; ollas con un tipo de líquido oscuro, hechas con fluidos extraídos del cadáver y mezclados con el agua que se utilizó para lavar el cuerpo mientras el paciente aún estaba vivo; y un pequeño recipiente que contiene un polvo oscuro, de las escamas secas dejadas por la viruela en la piel de sus víctimas.
Esta agua y este polvo fueron arrojados, en la noche, frente a la casa de las personas infectadas.
Después de ser infectado por el virus, aparecieron erupciones cutáneas y se llamó a un sacerdote para tratar la enfermedad.
¿Por qué los sacerdotes hicieron esto?
Les interesaba hacerlo porque, además de las grandes sumas de dinero que recibían para curar la enfermedad, reclamaban todos los activos de la persona infectada, en caso de que muriera.
Además de los bienes materiales, el cadáver se convertiría en propiedad de los sacerdotes; pero en lugar de quemar el cuerpo, retiraron algunas partes del cadáver y el resto se depositó en el arbusto, donde los cerdos se los comieron y, a veces, llevaron piezas a la ciudad, contribuyendo a propagar la epidemia de la enfermedad.
Así, los sacerdotes hicieron negocios muy lucrativos, además de ser los sacerdotes con el mayor poder adquisitivo de la época.
Fuente Verger, Pierre Fatumbi. Notas sobre el Culto de Orixás y Voduns en Bahía de Todos los Santos, en Brasil, y en la Antigua Costa dos Escravos en África
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